¿Fin de la privacidad en Suecia? El gobierno exige backdoors en Signal y WhatsApp

 

¿Qué está pasando en Suecia?

Suecia se prepara para votar un proyecto de ley (“Datalagring och tillgång till elektronisk information”) que pretende obligar a todos los servicios de mensajería —incluyendo Signal, WhatsApp, iMessage y similares— a darle a la Policía y a la Säpo (Säkerhetspolisen) la capacidad técnica de leer mensajes cifrados. El borrador fue publicado por el Ministerio de Justicia el 22 de noviembre de 2024 y actualmente se encuentra en fase final de debate parlamentario. (Regeringskansliet)

 

Claves del borrador
  • Alcance total: se aplica incluso a “servicios número-independientes” (apps sin vínculo obligatorio a un número telefónico).
  • Obligación de almacenamiento: las plataformas deberían guardar todos los mensajes durante un periodo mínimo para entregarlos bajo orden judicial.
  • Adaptación técnica: si el cifrado de extremo a extremo impide el acceso, la empresa deberá “adaptarse” —en la práctica, crear una vulnerabilidad o backdoor.

 

La respuesta de Signal

Meredith Whittaker, presidenta de la Signal Foundation, fue tajante en una entrevista con la televisión pública SVT:

“Si Suecia aprueba esta ley, abandonaremos el mercado antes de debilitar nuestro cifrado. Crear una vulnerabilidad para un gobierno significa abrirla al mundo entero”. (SVT Nyheter)

Signal no tiene oficinas en Suecia, pero podría bloquear direcciones IP suecas o retirar la app de las tiendas locales, replicando la postura que tomó frente a medidas similares en el Reino Unido y la India.

 

El giro inesperado: el Ejército sueco también se opone

En un inusual movimiento, la propia Försvarsmakten (Fuerzas Armadas de Suecia) advirtió al Gobierno de que el requisito “no podrá cumplirse sin introducir vulnerabilidades y backdoors que terceros podrían explotar”.(Regeringskansliet)
Este pronunciamiento es relevante porque el Ejército adoptó Signal como canal interno para comunicaciones no clasificadas en 2024 tras la oleada de ataques del grupo chino Salt Typhoon.

 

Qué dice el Gobierno

El ministro de Justicia, Gunnar Strömmer, defiende que “el acceso efectivo a las comunicaciones electrónicas es crucial para combatir la delincuencia grave”. (SVT Nyheter)
En rueda de prensa subrayó que el proyecto intenta equilibrar seguridad pública y derechos individuales, aunque la redacción actual deja la balanza claramente inclinada hacia la vigilancia.

 

Riesgos y precedentes
  1. Seguridad nacional invertida: una backdoor no distingue entre “buenos” y “malos”. Una puerta abierta para la policía también lo está para mafias, ciberatacantes y gobiernos hostiles.
  2. Efecto dominó internacional: si Suecia —miembro de la UE con buena reputación en derechos humanos— aprueba una medida así, otros países la usarán como precedente.
  3. Fuga de servicios: la salida de Signal (y posiblemente de WhatsApp) dejaría a la población sin opciones de cifrado fuerte, empujándola a soluciones menos seguras o a redes clandestinas.

Casos recientes en el Reino Unido (iCloud) y Australia muestran que cuando la ley exige acceso, las plataformas optan por retirarse o degradar funciones antes que romper su arquitectura de seguridad.

 

¿Por qué debería importarte desde Venezuela (o cualquier otro país)?
  • Precedente legal global: lo que se apruebe en Estocolmo puede inspirar a legisladores en Caracas, Bogotá o Madrid.
  • Impacto en la diáspora: millones de venezolanos usan Signal y WhatsApp para comunicarse con sus familias dentro y fuera del país. Una brecha en Europa afectaría la seguridad de esas conversaciones.
  • Brecha de derechos digitales: aceptar backdoors normaliza la idea de que la privacidad es opcional y acelera iniciativas similares en regiones con instituciones más débiles.

 

¿Qué podemos hacer?
  1. Informarnos y difundir: comparte artículos de fuentes oficiales —por ejemplo, el borrador del Gobierno sueco y la carta del Ejército— para desmontar mitos.
  2. Apoyar a organizaciones de derechos digitales: desde la Global Encryption Coalition hasta proyectos locales como vzla.io.
  3. Usar y enseñar cifrado de extremo a extremo: no solo en mensajería; también en correo, almacenamiento y llamadas.
  4. Participar en consultas públicas: la Unión Europea y la ONU aceptan comentarios ciudadanos sobre regulaciones que impactan la privacidad.

 

Enlaces oficiales y de referencia

    Reflexión final
    Perder el cifrado no es un precio “razonable” por la seguridad; es renunciar a la seguridad misma. Como comunidad —tanto en Suecia como en Venezuela— necesitamos sistemas robustos que protejan nuestros derechos sin crear agujeros que, tarde o temprano, otros van a explotar. Mantengamos la conversación viva y, sobre todo, actuemos.